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PARQUE NACIONAL VOLCÁN POÁS

   

El parque ha sido accesible nuevamente desde el 1 de octubre de 2018. Sólo tienes que reservar con antelación.

Un cráter de fumarolas humeantes de 1,3 km de ancho, con caracoles al fondo y el lago del cráter en el centro. Cuando las nubes se han levantado tienes una vista espectacular. El Poás estuvo activo en el siglo XIX, pero la erupción de 1910 dejó huellas mucho más grandes. La erupción masiva creó una nube que creció hasta unos 3 km de altura, dejando un agujero gigante de 8 km de diámetro. Se estima que 500.000 toneladas de escombros volcánicos descendieron al Valle Central. El estruendo continuo y las poderosas emisiones anunciaron la próxima gran erupción en 1952, que condujo a la formación de un lago diez años después. Todavía ocurren erupciones de géiseres ocasionales, y en 1989 y 1991 las emisiones de gases causaron lluvia ácida que destruyó las plantaciones de café y fresas en el área y provocó insuficiencia respiratoria. A medida que las nubes se mueven sobre este extraordinario paisaje, el espectacular cráter del Poás desaparece de la vista. Los funcionarios del parque advierten a los visitantes que es posible que no lleguen a ver el cráter. Ve muy temprano, el parque abre a las 8:00 am. En general, las nubes oscurecen la vista del cráter desde las 9:30 am. Se han establecido rutas sencillas para caminar en el parque a través del bosque nuboso, que alberga alrededor de 80 especies de aves. En este concurrido parque nacional encontrarás un museo, una cafetería y una tienda de souvenirs. Un camino corto te lleva al mirador. Si tiene suerte, puede contemplar el cráter de 1,3 km de ancho y el lago del cráter. El segundo lago del cráter del Poás, la Laguna Botos, está ubicado a lo largo de un sendero cuesta arriba justo al sur del cráter principal. Durante esta subida se pueden observar bromelias y líquenes en el bosque nuboso.